Presidente regional reelecto César Álvarez saca la cara por Áncash
Unidad de Investigación
El presidente regional de Áncash en licencia, recientemente reelecto, César Álvarez Aguilar, reveló que detrás de los afanes de la empresa minera Chancadora Centauro SAC para operar una mina en las inmediaciones de la laguna Conococha, en la comunidad de Huambo (Recuay, Áncash) y de las cuencas de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, había un “faenón” de un doble asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros y del Ministerio de Energía y Minas (MEM), que al mismo tiempo se desempeñaba como representante de la empresa mencionada.
Se trata, dijo, de Oswaldo Sánchez Casas, quien gracias a su privilegiada ubicación en la PCM y en el MEM, consiguió en un plazo de ocho días (del 18 al 26 de octubre) la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la empresa Chancadora Centauro SAC, cuando normalmente esta gestión se produce en un plazo de siete meses, es decir 210 días, y más aún, consiguió convertir un denuncio minero de 10 hectáreas en un área de operaciones de 823 hectáreas.
Álvarez explicó que la ilegalidad de las operaciones de Chancadora Centauro SAC llegó al extremo de que la empresa obtuvo autorización para operar en un lugar ambiental neurálgico, a 800 metros de la laguna de Conococha e inmediaciones de las cuencas de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, mediante el llamado “silencio administrativo”, lo cual está legalmente prohibido para los casos de las exploraciones y explotaciones mineras.
Seguidamente, Álvarez destacó que las autoridades no han dicho esta boca es mía, pues ante la revelación de un “faenón” en torno al proyecto minero de la Chancadora Centauro SAC, han optado por una cura de silencio.
“Esto a nuestro criterio confirmaría otro caso de corrupción en este proyecto, que dio lugar a la oposición del pueblo de Áncash y a una respuesta violenta del gobierno que dejó el saldo de la muerte violenta del comunero de San Miguel de Uctuyacu, Muñante Cadillo Vergara, luego de lo cual el gobierno procedió a cancelarle a la empresa su permiso minero”, precisó.
Familiar de ministro
Lo grave, agregó, es el insistente rumor de que Oswaldo Sánchez Casas, sería familiar del ministro del sector, Pedro Sánchez Gamarra, lo cual explicaría las facilidades que recibió Chancadora Centauro SAC para hacer tabla rasa de los procedimientos administrativos para obtener autorización, aprobar el EIA y ampliar arbitrariamente el área original de denuncio minero.
La presencia de la empresa, agregó, en la zona era un verdadero crimen ambiental, porque estaba probado mediante estudios ambientales que su ubicación estaba apenas a centenares de metros de la laguna de Conococha, a 585 metros de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Huascarán y en la cuenca de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, lo cual convierte a esta zona en el cordón umbilical de una red de abastecimiento de agua de las regiones de Áncash, Lima y La Libertad.
“A esto hay que agregar que las mencionadas cuencas están consideradas como el “triángulo de vida ancashina” porque son alimentadoras del líquido elemento de dos proyectos especiales de irrigación: Chinecas y Chavimochic, y esto era conocido por las autoridades del gobierno central, pero prefirieron ignorarlo para privilegiar el faenón de Oswaldo Sánchez Casas”, añadió.
Unidad de Investigación
El presidente regional de Áncash en licencia, recientemente reelecto, César Álvarez Aguilar, reveló que detrás de los afanes de la empresa minera Chancadora Centauro SAC para operar una mina en las inmediaciones de la laguna Conococha, en la comunidad de Huambo (Recuay, Áncash) y de las cuencas de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, había un “faenón” de un doble asesor de la Presidencia del Consejo de Ministros y del Ministerio de Energía y Minas (MEM), que al mismo tiempo se desempeñaba como representante de la empresa mencionada.
Se trata, dijo, de Oswaldo Sánchez Casas, quien gracias a su privilegiada ubicación en la PCM y en el MEM, consiguió en un plazo de ocho días (del 18 al 26 de octubre) la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la empresa Chancadora Centauro SAC, cuando normalmente esta gestión se produce en un plazo de siete meses, es decir 210 días, y más aún, consiguió convertir un denuncio minero de 10 hectáreas en un área de operaciones de 823 hectáreas.
Álvarez explicó que la ilegalidad de las operaciones de Chancadora Centauro SAC llegó al extremo de que la empresa obtuvo autorización para operar en un lugar ambiental neurálgico, a 800 metros de la laguna de Conococha e inmediaciones de las cuencas de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, mediante el llamado “silencio administrativo”, lo cual está legalmente prohibido para los casos de las exploraciones y explotaciones mineras.
Seguidamente, Álvarez destacó que las autoridades no han dicho esta boca es mía, pues ante la revelación de un “faenón” en torno al proyecto minero de la Chancadora Centauro SAC, han optado por una cura de silencio.
“Esto a nuestro criterio confirmaría otro caso de corrupción en este proyecto, que dio lugar a la oposición del pueblo de Áncash y a una respuesta violenta del gobierno que dejó el saldo de la muerte violenta del comunero de San Miguel de Uctuyacu, Muñante Cadillo Vergara, luego de lo cual el gobierno procedió a cancelarle a la empresa su permiso minero”, precisó.
Familiar de ministro
Lo grave, agregó, es el insistente rumor de que Oswaldo Sánchez Casas, sería familiar del ministro del sector, Pedro Sánchez Gamarra, lo cual explicaría las facilidades que recibió Chancadora Centauro SAC para hacer tabla rasa de los procedimientos administrativos para obtener autorización, aprobar el EIA y ampliar arbitrariamente el área original de denuncio minero.
La presencia de la empresa, agregó, en la zona era un verdadero crimen ambiental, porque estaba probado mediante estudios ambientales que su ubicación estaba apenas a centenares de metros de la laguna de Conococha, a 585 metros de la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Huascarán y en la cuenca de los ríos Santa, Pativilca y Fortaleza, lo cual convierte a esta zona en el cordón umbilical de una red de abastecimiento de agua de las regiones de Áncash, Lima y La Libertad.
“A esto hay que agregar que las mencionadas cuencas están consideradas como el “triángulo de vida ancashina” porque son alimentadoras del líquido elemento de dos proyectos especiales de irrigación: Chinecas y Chavimochic, y esto era conocido por las autoridades del gobierno central, pero prefirieron ignorarlo para privilegiar el faenón de Oswaldo Sánchez Casas”, añadió.
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